viernes, 4 de septiembre de 2015

El arte del piropo



Según la RAE, un piropo es una variedad de la piedra granate de color rojo fuego, o una lisonja, es decir : una alabanza exagerada y generalmente interesada que se hace a una persona para conseguir un favor o ganar su voluntad. En Colombia el piropo es simplemente un cumplido que se le dice a una persona, (sobre todo a una una mujer) cuando pasa por la calle.  Desde mi punto de  vista, piropear es un arte poco valorado que requiere precisión, agilidad momentánea y una expresión oral bien cuidada .

He leído varios textos contra los piropos, argumentando que son sexistas, amenazas sexuales o que hacen sentir incómodas a las mujeres. Y sí, a veces es cierto hay piropos ñeros, ¡ñeros y clichesudos, que están más usados y desteñidos que media de abuelito!.

Entre los más populares se encuentran  el dulcísimo “Si así lo mueve y así lo bate, ¿cómo será ese chocolate?”, el camionero “tanta curva y yo sin frenos”,  el interesado “Quisiera ser pirata no por el oro ni por la plata, sino por el tesoro que tienes entre pata y pata”; el kamikaze “ está que se totea de lo buena”;  el religioso “los angelitos están bajando del cielo”  y  el matrimonial “suegra vaya con Dios que yo me quedo con su hija”.

A pesar de que ninguno de esas alabanzas despierta en mí un interés mínimo por el sujeto que los declama, y a veces lanzo una  mirada asesina al piropeador, debo admitir que apenas doy la vuelta y no me ven, me trago una señora carcajada interna, no es por ser mala sino porque considero el piropo criollo una expresión del patrimonio creativo nacional.

Hace poco hablaba con una colombiana que vive en España , ella me comentó que extraña los piropos, y lo máximo que le habían dicho era "adiós guapa". Fue entonces cuando  entendí que los cumplidos callejeros son expresiones del lenguaje casi tan importantes como la copla o la poesía, por  eso a mis ojos un piropo poco original o poco delicado  viene de alguien que solo ha leído o coleccionado clichés  durante toda su vida.

Vengo a decirles que no todo piropo es ñero y que si usted  quiere dar un piropo galante, en vez  de “gala” es necesario tener algunos aspectos en cuenta.

1.       Dígalo de manera cortés,  mirando a la cara y sin hacer muecas raras
2.       Alabe la belleza,entera de la fémina en cuestión, no solo las nalgas, las piernas  o las puchecas.
3.       Asegúrese de evitar el cliché, “Me pierdo en el mar de tus ojos”, “Barbie”, “mamacita”, y “adiós princesa” ya no sirven, no todas las chicas queremos tener corona, ser mamás de bebés imaginarios o tipos calentones y perdidos chapoteándonos al lado, ¡menos que nos comparen con una muñeca  viejísima!.
4.       Sea sincero, pero no guache.
5.        Si no es bueno echando piropos, los gestos de caballerosidad clásicos siempre son bien apreciados: cargar la maleta o el bolso de la dama,  sonreír de manera natural, ceder la silla, o un “Te ves muy bonita” funcionan bastante bien.
6.       Si ve que la persona a quien va a piropear tiene cara de puño guárdese su haikú chibchombiano; muérdase la lengua de ser necesario. (Cada cosa en el momento adecuado).

A mí personalmente sí me han dicho piropos bonitos. De esos que no amenazan sino que alegran el día. “Ay mona, míreme que si no muero”, “Si despeinada se ve bonita, como será bien arregladita”, “disculpe el atrevimiento, pero tengo que decirle que es una mujer muy hermosa”. Son los 3 de los que más recuerdo y que no me dejaron poner mirada asesina. Por eso, queridos amigos sepan que para echar un buen piropo, uno No necesita exagerar, las mujeres sabemos lo que tenemos y lo que no.



La verdad, es que inclusive las mujeres que hacemos cara de sapo reventado podemos apreciar la sinceridad masculina y más de una vez nos hemos tragado las ganas de gritar “¡papacito, rico delicioso, pedacito de arroz con pollo!”  Pero en vez de eso simplemente sonreímos con cara de idiotas. Nosotras también somos humanas y  no son pocas las ocasiones en que hemos estado a punto de soltar la baba por alguien. Así que si le gusta una chica piropéela, pero con cariñito y creatividad.

Si usted es mujer,  deje de reprimirse e inténtelo, quien quita que el muchacho en cuestión un día se acuerde y se ría. Pero hágalo de manera consiente. Recuerde: piropear, es todo un arte.

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