viernes, 16 de diciembre de 2016

Laura Pergolizzi, confusa y encantadora

Añadir leyenda imagen de la página oficial de LP
Laura Pergolizzi más conocida como LP es una cantante newyorkina de la que poco se sabe en Colombia, nació en 1981, es lesbiana, tiene unos rulos cortos, rebeldes y oscuros tipo comercial de shampoo, look andrógino un tatuaje de barco en el pecho, silba como un pájaro, para rematar posee una voz súper potente, dulce que llega a notas bastante altas mientras se debate entre el rock alternativo y el pop.

Las letras de sus canciones son directas, primero dan un golpazo al oído, luego al intestino, para acomodarse finalmente en algún lugar del corazón. LP es uno de esos personajes que nos hacen repensar las dinámicas de definición del rol de la mujer en la música, (Creo y esto es un juicio muy personal) que la fuerza de su presencia se parece a la de Patty Smith Joan Jett o Patt benatar.

Lo que inquieta de esta mujer más allá de su apariencia es que su voz suena mucho mejor en vivo y en acústico que en el sencillo creado especialmente para el álbum.

LP no es nueva en el panorama musical, ya ha compuesto para Cristina Aguilera, Rihanna, The Verónicas y otros artistas, inclusive tuvo un sencillo que sonó un poco en el 2008 ( Only good with you ) sin embargo, solo hasta el 2016 se ha tomado la radio de Europa con su sencillo Lost on you, una canción de desamor e impotencia que habla sobre “brindar” por una relación perdida.

La recomiendo con 4.7 de calificación, por que su música me tiene totalmente enamorada, los dejo con un video acústico de Lost On You.


Como siempre: muchas gracias por pasarse por mi blog.

viernes, 9 de diciembre de 2016

Como deja la mesa y el plato, tiene el corazón

Ir a plazoletas de comida en centros comerciales es un espectáculo; la gente corre afanada formando filas como de hormigas que cargan sus propias moronas, se liberan competencias visuales entre personas de todas las edades y caminatas cuasi olímpicas solo para ocupar un puesto. Lo más inquietante sucede cuando la comida se ha terminado, el estómago está satisfecho y las personas pueden pensar con claridad. Es en este momento del abandono de la mesa donde se pueden encontrar tres tipos de individuos:

1) Los que dejan absolutamente todo desordenado, con un reguero terrible y argumentan que no recogen ni organizan nada pues “por eso les pagan"  a las personas que tienen que recoger los sobrantes (muchas veces revueltos, con babas y manoseados) inclusive ponen la servilleta arrugada encima para terminar de decorar.

2) Las personas que no botan nada a la caneca, pero tratan de organizar lo mejor que pueden la bandeja el plato y los cubiertos, eso sí, los ponen en cruz o en paralelo para demostrar su opinión frente a la comida. Tampoco botan su propia basura por que les da asco.

3) Los que recogen lo que pueden, botan los sobrantes a la caneca y procuran dejar limpio el sitio donde comieron, sabiendo que otra persona espera para sentarse en este mismo puesto.

Siempre he pensado, que como uno deja la mesa y el plato tiene el corazón.

Las personas tipo uno, seguramente no se fijan en lo duro que trabajan quienes limpian y organizan las plazoletas de comida (muchas veces por un salario mínimo), no se detienen a mirar la resignación con la que algunos empleados empujan el carrito  con desperdicios y bandejas o la cantidad de tiempo que deben aguantar recogiendo y oliendo residuos ajenos.

Las personas número dos, suelen ser sujetos pudorosos, que, si tienen asco de sus propios deshechos y de tocar las canecas, pero no imaginan el nivel de necesidad que debe tener alguien para desempeñar este trabajo.

La gente tipo número tres puede ser de otros tres subtipos:
Los que tienen un pequeño trastorno obsesivo con la limpieza. Aquellos que levantan sus residuos alimenticios de manera aprendida, mecánica o aquellos que sienten algo de compasión por el que limpia las plazoletas.

Sea cual sea el caso, los invito a ser del tipo tres, no es un trabajo fácil para los empleados, si ayudáramos un poco a estas personas agilizaríamos el cambio de mesa, evitaríamos un montón de desorden y podríamos ahorrar tiempo  y disgustos tanto para nosotros, como para ellos.