sábado, 17 de octubre de 2015

La alegría del universo entero cabe en un pan con azúcar

Tengo que admitir algo, la alegría del universo entero cabe en un pedazo de pan azucarado. Pero no cualquier hogaza, tiene que tener  algo encima o arequipe y bocadillo en el medio.

No parece gran cosa, pero en mi boca y mi cerebro, el condicionamiento clásico juega pesado, me hace salivar y me trae recuerdos dulces, literalmente.

Veo el azúcar diminuta, como arena transparente esperando a ser pisada por las yemas de mis dedos, pareciera que de repente las manos tuvieran pupilas, además de receptores olfativos y gustativos, por que el roscón, como aquí lo llamamos, se prueba primero con el tacto y los ojos.

Lo saboreo antes de ponerlo en mi boca,también con la nariz, por que los olores a veces se cuelan en la palabra, para mí un roscón sabe a niñez. 

El corazón me da un brinco y recuerdo a papá cuando estaba vivo, flaco, alto tomando el pedazo de pan redondo con las manos sin ningún pudor. Lo dibujo poco a poco en el cerebro, con el traje de corbata y las manos repletas de dulce, sonriendo de oreja a oreja, con los ojos brillantes, como un niño que acaba de darle señor mordisco a un pedazo de luna.

Un pedazo de pan con azúcar, me pone a bailar una canción sobre mojicones que aprendí de pequeña y está justo en el punto del cerebro que te estalla un impulso de risa en la memoria. Es como si el olor a pan fresquito activara de inmediato el centro de refuerzo positivo en el momento preciso, es perfecto.

Por dentro canto:
camino para la escuela, 
me dieron un mojicón...
se me salio del bolsillo 
y un perro se lo comió

(Creo que casi nadie se sabe esa canción, si acaso mi abuela y yo, ya ni siquiera estoy segura si se lo comía un perro o un gato)

El caso es que para mí la alegría del mundo entero cabe en un pedazo de pan azucarado, en la masa hecha a mano, en el color caramelo de la coraza de harina que se exhibe bronceadita y pareja de una manera casi sensual. 

La alegría está hecha de Arequipe, memorias de abuela,navidad, desayunos.
es el sabor que no está en la lengua sino en algún átomo muy muy muy adentro de los huesos, de la sangre, de la vida misma, allá donde nadie puede llegar, en ese pedacito de herencia viva, que la genética escogió por mí y que hace que mi madre diga que tengo los ojos de mi padre.

¿Suena exagerado cierto? pues sí , pero me vale un pepino y realmente como poco pepino.

El pan con azúcar saca en mí momentos que fueron, cosas que se han borrado de mi cabeza, instantes que serán y que nadie más reconoce, porque todos tenemos pasados, ausencias y vidas distintas. Y la mía está marcada por cosas preciosas y simples como la panadería dulce.

Creo que he sido afortunada, por que cada vez que alguien me regala un pan con azúcar algo resuena dentro en el interior y entonces no puedo evitar que se me asomen un par de lágrimas.

Aveces creo que la alegría con sabor a roscón la conocen solo aquellos que han perdido alguien que es una parte fundamental de la vida. 

Porque para mí esos pedazos de harina no tienen rellenos de arequipe, sino de canciones que ya no escucho, de palabras que extraño y que se me escapan del cerebro, de cosas que fueron y ya no van a ser, para mí el pan es una promesa de amor, que no se borra con la muerte ni los años.

Para mí un pedazo de pan, reactiva esas memorias que no puedo materializar y que solo la boca o el cuerpo pueden manifestar, esas que jamás se pueden expresar con palabras, por que nada alcanza. 


Digan lo que digan, para mí , en un mojicón, en un pan de coco, en un roscón de arequipe, cabe toda la alegría del mundo.

lunes, 12 de octubre de 2015

El amor y la comida, dos cosas que nos alborotan el estómago

Parece que existe una regla que no necesita ser escrita y en la que todas las personas que conozco están de acuerdo: regalar comida  es una muestra afecto. Porque en apariencia eso de que la barriga llena deja el corazón contento es cierto.

Desde el punto de vista del funcionamiento corporal suena lógico, que un cuerpo con combustible suficiente puede proveer a los músculos y al cerebro de la cantidad de energía necesaria para ejecutar sus funciones de manera adecuada. Así, cuando le regalamos comida a alguien, indirectamente le queremos decir que deseamos su bienestar.

Ahora, imaginémonos lo que quiere decir un chocolate, que no solo es alimento, sino que ayuda a liberar hormonas para la alegría como la serotonina. Sí, el chocolate es una expresión física y química de cariño. Que además lleva a más de uno directo a la infancia.

Creo, con parte de mi cerebro y algo de mi estómago,  eso de que a un hombre se le conquista por la panza. No se trata de atiborrar con comida al susodicho. Es que la comida habla sin palabras y esos discursos que no tocan el aire son los que le pegan más fuerte al alma.

A continuación espero que mi lector se imagine lo que viene con voz de narrador español noventero de documental de la National Geographic.

El amor, activa en el cuerpo una situación de alerta, las pupilas se dilatan, sentimos las mal llamadas mariposas en el estómago, que son una combinación de hormonas preparándonos para buscar pareja, como un león tratando de cazar un venado.  

Aquí hay que apagar la vocecita mental.

La alimentación es una de las necesidades básicas humanas,  apela directamente a los instintos de supervivencia y protección que no podemos eludir. Son pocos (si es que existen) los animales que no reciben la primera comida de su madre. De igual manera los humanos buscamos conectarnos con los demás a través del alimento.

En Asia existen el día blanco y el día negro,  dos ocasiones en que las personas le regalan chocolates a sus parejas o mejores amigos. En México están las calaveritas de dulce para recordar a los fallecidos. En Italia existe un tipo de pan que no se puede poner boca arriba en la mesa, por que dicha acción representa una ofensa.

En Colombia hay postres con nombres como “solteritas” o “divorcio” que deben tener alguna historia detrás. Por si fuera poco, en  lo que conozco del mundo se regalan dulces para  decir “te quiero”, esto último debe ser un poco más difícil para las personas con problemas de azúcar
.

Cuando la mesa se pone de manera elegante, el corazón también se engalana, porque lo queramos o no, el amor y la comida se parecen, nos revuelven la panza y despiertan nuestro lado más salvaje para preservar la especie. 

jueves, 8 de octubre de 2015

Ciber-pastel-punk

Últimamente he notado que los avances en definición y colorización para cine traen nuevas corrientes que pasan desapercibidas. Las películas ya no resaltan meramente por el libreto, la actuación o la dirección de arte. Existen elementos más sutiles, dentro de estas categorías que se están empezando a tomar de manera super seria al momento de grabar una película y que antes no tenían un protagonismo tan fuerte.

La paleta de colores, por ejemplo, es un recurso narrativo que se hace más sólido y ya no ilustra las historias de modo auxiliar, lo que me parece brillante.

A veces siento que el Brightcolored-Metal-Power (Por inventarme una palabra tonta y en inglés para describirlo) se viene tomando la pantalla. Con este término sacado de la nada, me refiero a las nuevas películas que tienen una estética chiclosa, pastelosa, dulce, que derraman sangre y violencia a diestra y siniestra, son prueba del poder que el color le imprime a un libreto.

No sé cuando apareció este fenómeno, pero sí que los directores están empezando a pulir bastante la ciencia ficción-acción-aniñada y la están mezclando con el Ciber punk. Lo que me inquieta y me encanta. Se trata de un acto digno de la imaginación de un adolescente de Harajuku, (Para los que no lo conocen, el barrio más lleno de mezclas de subculturas de moda que hay en Japón) nada más busquen fotos.

Películas como Chappie y Turbo Kid, dan indicios de que el Ciberpunk está pegando fuerte, y no solo eso, se está vistiendo de colores brillantes y pasteles. Por que los robots ya no tienen que limitarse a ser latas negras con plateado o parecer cajas de duraznos. 

Además de generar nuevas propuestas estéticas vistosas y atrayentes, se están rompiendo cánones de delicadeza y rudeza que parecían preestablecidos de manera invisible.

No solo se trata de colores, sino de las representaciones de la mujer en la acción, algo así como Barbie mezclada con Rambo. Las mujeres del Ciber punk (Y no solo las del color pastel) son heroínas , más importante aún, son fuertes y frágiles, a la vez que cuestionan el sistema rompiéndolo desde la grieta más mínima.

Los héroes se están haciendo más humanos en estas películas, en las que incluso los robots pueden darnos una lección de cómo ser buenas personas. Se abren planteamientos sobre la manera en la que manejamos y vivimos este mundo repleto de tecnología, que no controlamos tan bien como creemos.

Se ponen en evidencia nuestras soledades y la necesidad de ser amos y reyes de todo lo que nos rodea. Y eso, es lo bonito del Ciberpunk. Que nos saca de contexto para imaginar escenarios posibles, que creemos lejanos pero ya son parte de nuestra vida.

Vemos películas situadas en mundos post apocalípticos o imaginarios que parecen hechas de manera inocente o que asemejan bromas. Nos sumergimos en citaciones irónicas a épocas pasadas o clásicos, Nos embobamos viendo los colores, tan bonitos, que hay en la pantalla. De repente estamos nadando en el universo del cine de manera desprevenida, sin notar los planteamientos, tan increíbles que se nos manifiestan.

Tenemos la soledad encapsulada en una novia robot, en Turbokid. La inocencia de la niñez y el pandillismo en Chappie. La amistad y el homenaje constante al cine La aventura de Hugo Cabret (Por que no todo tienen que ser puños y patadas aunque no sea Ciberpunk-violento- pasteloso es válido), El devenir en Cloud atlas y el cuestionamiento constante a las reglas y los altos mandos en Kingsman.

¡Los artefactos futuristas y los colores brillantes se nos vienen encima señoras y señores!con un peso narrativo impresionante y hermoso. 

Toca prepararse, aunque pareciera que el cine pasa por una época dura y poco creativa, opino, que a pesar de los mil refritos que vienen surgiendo, ya hay cineastas, que hacen lo que les viene en gana: los géneros se están mezclando, las narrativas se rompen y reconfiguran continuamente , lo que me lleva a creer que lo mejor está por venir.

El Ciberpunk pasteloso , es una prueba colorida de ello.

Les dejo 4 trailers de películas que tienen uno que otro elemento ciberpunk, que mezclan géneros y con una colorización interesante.

Turbo kid:


Chappie: 



kingsman

Sucker punch 



domingo, 4 de octubre de 2015

5 cosas que un desenterado debe tener en cuenta antes comprar tecnología para no morir en el intento:


1)    Cuánto dura la batería y qué voltaje maneja el producto que vamos a comprar.

Si de energía se trata, no queremos que nuestro súper computador, el flamante smartphone o  el súper dron se queden sin batería después de 15 minutos ó que vengan de otro país y se fundan la primera vez que los conectemos. ( Aplica hasta para las planchas de alizar)

2)      Si tiene garantía y soporte técnico, porque Uno nunca sabe lo que puede pasar y si la compañía puede ayudarnos.

3)      Leer la ficha técnica y empaparnos de cada término:

Si uno no sabe lo que es el procesador, la RAM , la tarjeta gráfica o el almacenamiento del computador que tiene,realmente no tiene ni idea de para qué puede utilizarlo.  Lo mismo pasa con los smartphones y otros dispositivos inteligentes. Igual  si no sabes del motor de tu carro o los puertos de salida y entrada de cualquier aparato.

4)      Buscar asesoría e informarse antes de ir a comprar, hay que tener una idea tener una idea clara de :
¿Para qué voy a utilizar el nuevo aparato?
¿ Por qué lo voy a comprar?
¿Realmente lo necesito?
¿Cuál es el presupuesto que tengo?
¿ Vale la pena?

Cuando estemos en el almacén, si no entendemos un término hay que preguntarlo, si el asesor se limita a recitar un montón de palabras raras, sin explicaciones claras,  hay que sospechar, puede estar utilizando el lema de confundir para reinar ó tener poca idea de lo que vende. 


5)      No siempre lo más bonito es lo más eficiente,  necesitamos equilibrar nuestras necesidades estéticas y prácticas.