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: https://38.media.tumblr.com/tumblr_mduybmjHVq1qzqwamo1_500.gif
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Lugar: Hanashi Sushi Bar
Pros: Rico, buen precio.
Contras: el local en el que estuve era pequeño.
Precio de la cuenta: 37000 pesos
Veredicto : ¡Hágale al sushi pues!, Delicioso.
Plato que se pidió: Combo miel mostaza.
Llegamos al lugar, un local modesto y para ser franca
pequeño cerca a Salitre Plaza con un letrero que decía Hanashi Sushi, en fondo rojo y escrito con letras negras. A la
entrada había una pareja, un señor, y 3
personas en la cocina. Como es habitual en algunos restaurantes de sushi los
ingredientes se exhibían en un mostrador de vidrio: palmitos, cortes de
salmón , pescados, caviar naranja entre otros.
Una chica muy amable nos atendió, mi novio y
yo pedimos un combo miel mostaza que traía
4 medios rollos de diferentes tipos de sushi. Aparte una Coca Cola y un smoothie de feijoa.
La misma joven nos pasó un plato pequeño con salsa de la casa y otros dos con palmitos de cangrejo apanados.
- Cortesía de la casa- dijo ella.
¡Al ataque! los palmitos se acabaron en un dos por tres. mientras llegaba el plato esperamos un
tiempo razonable, pensamos que el asunto se estaba demorando hasta que vimos
el pedido del señor a nuestra izquierda sobre la barra: los cortes eran generosos. Bien preparados, alineaditos en el
plato como un equipo de fútbol esperando pa’ la foto. Se me hizo agua la boca.
Llegaron las bebidas, el smoothie de Feijoa: Grande, con una buena consistencia y barato. Uno, dos, tres sorbos, nada que
llegaba la ocmida, mi novio se antojó de mi jugo y miró su Cocacola con cara de “yo también
debí haber pedido uno” tomó algunos sorbos medio tímidos.
Justo cuando mi panza se disponía a entrar en huelga, ¡Zas
aparece nuestro plato! que traía : 5 makis Philadelphia, 5 makis California, 5
makis eby tempura, 5 makis tempura sumiday. Todos bastante grandes y otra porción de palmitos de cangrejo apanado con salsa de la casa, el jengibre y el wasabi habituales, en las
esquinitas como siempre. Valió la espera.
-
¿Señorita, me regala una ayuda para niños?- pedí.
Nunca he podido aprender a manejar esos condenados palitos, no importa cuantas veces lea las instrucciones, ni cuantas veces me enseñen.
Nunca he podido aprender a manejar esos condenados palitos, no importa cuantas veces lea las instrucciones, ni cuantas veces me enseñen.
-
Sí, claro- ella volvió con el maravilloso
pedacito de plástico rosado que evitó mil desastres en la mesa.
¡La muela iba al ataque de nuevo! Esta vez con más hambre. Pedimos
la salsa de soya y comimos como lobito feroz. El sabor era perfecto, por milagros del cielo ningún rollito se deshizo, ya les conté que soy ultra torpe con los palitos. La
textura estaba apenas, ni duros, ni blandos. Los bocados eran grandes, tanto que abrí la boca para comerme
uno y quedé con los cachetes inflados como un hámster que se ha embutido semillas.
Me tomó tiempo masticar mientras mi novio se reía.
-
Es delicioso verte comer- comentaba él.
Yo sabía que por dentro esa frase significaba: haces más
reguero y espectáculo que un bebé con compota en la cara. Aunque estábamos llenos quedaban 4 cortes de
sushi, nos pusimos de acuerdo, dos él y
dos yo. Quedamos con la panza tan
llena como un Buda. Pedimos la cuenta: $37.000 incluida la propina. Salimos casi rodando, felices.
Yo por mi parte recomiendo
el local y repito.
Por si a alguien le interesa buscar la opinión de otros usuarios: https://www.degusta.com.co/restaurante/bogota/hanashi-sushi_100159.html
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