viernes, 19 de febrero de 2016

Pequeño paréntesis sobre poesía.

Vivimos en una època muy loca en la que todos queremos y podemos ser escritores.
tanto que hay redes sociales para gente que escribe, desde que entré en una,  he descubierto que la mayoría de personas somos un cliché, pero eso no está mal, si no fuera así no existirían sentimientos " universales como el amor", al que la mayoría de personas que escriben le dedican sus líneas. el desamor, la muerte y las diatribas también son temas frecuentes.

Estando en la universidad me dí un señor baldazo de agua fría con esa contradicción escolar que existe en el mundo frente a la poesía, inclusive los profesores nos advierten que se trata de escritura inútil, y sé que esto nos golpea el pecho a los más apasionados del lápiz y el papel.

Pareciera que algo primitivo nos hala hacia la poesía, la necesidad de ponerle música a las letras, como si el ritmo, la cursilería y la escritura se negaran a la disociación. En mi caso escribir poemas, ha resultado una manera decente de liberarme de ir al psicólogo, de escribir todas mis bobadas sin necesidad de hostigar o increpar a cualquier sujeto.

De botar el corazón y todas estas espinas rosaditas y brillantes que llevo clavadas desde dentro, como un erizo.

No siendo más, les dejo mi segundo credo, no es muy bonito , pero es lo que me sale del corazón en este momento.

Credo de los poetas.

Creo en la poesía todo poderosa, 
sanadora de los duelos de la tierra
en el poema como su dulce hijo, redentor
Que fue concebido por obra y gracia
De este amor sagrado que parte y renueva el alma
Que nace del pensamiento virgen
y padece en cada gota de llanto.
Creo en la obra y gracia de la esperanza humana
Que abandonada, dada por extinta y resucitada
Regresa de nuestros infiernos,
Nos levanta cuando estamos muertos
Nos lleva a los cielos
Y es parte de la naturaleza de un Dios padre,
Que se manifiesta en la letra.
Creo en la escritura, 
que desde el borde de un punto 
Nos trae sueños de vivos y muertos.
Creo en el potencial santo,
de la catarsis en esta vida caótica. 
La comunión de nuestros vacíos,
El perdón de nuestros sinsentidos
La fragilidad humana
La posibilidad de amarse
La vida que en nosotros late.
Amén.

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